Hernia discal cervical
¿Qué es la Hernia discal cervical?
Las vértebras de la columna protegen la médula espinal, que sale del cerebro, y los nervios que salen de ella. Estas raíces nerviosas son nervios grandes que se desprenden de la médula espinal y salen de la columna entre cada vértebra.
Las vértebras de la columna están separadas por discos que amortiguan y dejan espacio entre las vértebras. Los discos permiten el movimiento entre las vértebras y hacen de "amortiguadores". Tienen una zona central o núcleo pulposo y una periférica o anillo fibroso.
En la hernia discal cervical lo que ocurre es que el núcleo se desplaza del centro a través del anillo fibroso y puede llegar a producir una protusión o una hernia discal (la diferencia es puramente el tamaño, la hernia es de mayor volumen que la protusión).
¿Cómo se produce?
Al contrario de lo que se piensa, el origen traumático es el más infrecuente y el desgarro degenerativo del anillo es la causa habitual. No siempre está claro por qué sucede, pero es muy posible que exista una cierta predisposición genética en algunos casos.
¿Qué sintomatología produce?
Habitualmente comienza con dolor cervical agudo o subagudo que "bloquea" el cuello.
A veces de entrada pero otras en horas o en días, el dolor se irradia a una de las extremidades superiores constituyendo un síndrome que llamamos cervicobraquialgia caracterizado por dolor en el trayecto del nervio y / o sensación de hormigueo o acorchamiento. El dolor suele aumentar al toser, estornudar. En ocasiones este dolor también se puede acompañar de pérdida de fuerza de algún grupo muscular del brazo. Es menos frecuente que se produzca una afectación medular pero si ocurre da un cuadro que se llama mielopatía.
¿Cómo se diagnostica?
El interrogatorio y la exploración suelen ser suficientes para realizar una aproximación diagnóstica.
Las radiografías simples se necesitan para descartar otras lesiones asociadas y ver el estado de las vértebras de la columna cervical.
La resonancia magnética es la prueba más sensible para concretar el diagnóstico y definir el tipo, tamaño, situación de la hernia y comprobar si hay una compresión de la raíz nerviosa y de la médula.
La electromiografía (EMG) es otra prueba diagnóstica que, mediante el uso de electrodos, aporta información respecto al estado de la raíz nerviosa, es decir si está dañada o no por la hernia. Necesita un margen de tres semanas desde el inicio de los síntomas para detectar algo.
¿Qué tratamientos se utilizan?
En principio y salvo parálisis en el nervio afectado, la hernia discal cervical es tributaria de un tratamiento conservador, con reposo en la fase más aguda (2-3 días) y medicación analgésica-antiinflamatoria. Es útil el empleo de esteroides (dexametasona) en pautas de corta duración.
Un pauta de rehabilitación en esta fase ayuda.
El tiempo de espera es de aproximadamente 8-12 semanas. A partir de este momento y si el dolor sigue siendo muy intenso, la lesión neurológica persiste o evoluciona se puede plantear el tratamiento quirúrgico.
Un 80-90% % de las hernias discales no precisan cirugía y se compensan con tratamiento médico y rehabilitador.
Sólo operamos antes de las 8 semanas si hay alguna parálisis por afectación de la raíz nerviosa o si hay una lesión medular que provoque síntomas.
Papel de los bloqueos epidurales con corticoides.
Es una opción de tratamiento, así como a nivel lumbar se utilizan con asiduidad, a nivel cervical mucho menos porque el índice de complicaciones es mayor.
¿Qué tipo de intervención es la más habitual?
Básicamente llegar a la zona dónde está la hernia, habitualmente vamos por vía anterior cervical, separamos vasos (arteria carótida, vena yugular), esófago y llegamos a la parte anterior del disco; lo vaciamos hasta llegar a la parte posterior visualizando la médula para comprobar que no quede ningún resto de hernia.
A continuación hay escuelas que colocamos placa atornillada y otras prótesis discal. Los resultados de las distintas series comparativas entre ambas técnicas son similares, ambas van bien.